En la España septentrional, el bosque caducifolio impone su prevalencia. Durante el otoño, estos bosques se tornan de numerosos colores en un espectáculo de inmensa belleza. Hayas, arces, cerezos, avellanos, robles, abedules......toman distintas tonalidades al desaparecer la clorofila de sus hojas. La elevada humedad permite que musgos y líquenes medren por las piedras, ramas y troncos.
Masas forestales puras unas veces o mezcladas con coníferas otras, el resultado estético es excepcional.
Picos de Europa, Pirineos, Sistema Ibérico, montes gallegos..... y algunos enclaves más meridionales albergan este tipo de bosques.