Buena parte de los cauces medios y bajos de nuestros rios se encuentran gravemente contaminados. Es en la cabecera de las montañas donde se pueden encontrar aguas limpias y oxigenadas, conservando una rica fauna en sus inmediaciones.
Los desniveles acusados del terreno las hacen bajar formando rápidos y cascadas a veces de considerable altura, todo ello a menudo enmarcado en paisajes de gran belleza.